Mi tía Brígida
Hola. Existen algunas personas que ya sea por soledad, ganas de charlar o exceso de fantasía se inventan amigos imaginarios.
Es bastante común en la infancia, si bien a medida que vamos creciendo son los menos los que pueden contar con amigos imaginarios.
La suerte de imaginarse a alguien es que puedes crearle a tu antojo. Las niñas pequeñas, por ejemplo, tienden a buscarse una amiguita similar a ellas en edad y se valen de la voz de ésta para comunicar en nombre de su amiga cómo se sienten o lo que opinan ellas mismas.
En algunos casos los chicos adolescentes tienden a imaginar a una chica mayor que ellos, a menudo muy atractiva y pobre de voluntad. Creo que ya me seguís, los chicos confirmarán…
Pues bien, yo tengo a mi tía Brígida.
La tía Brígida es bastante mayor (en realidad no es mi tía, sino de mi padre) pero conserva una mente lozana que funciona como una máquina, si le perdonamos algún que otro despistillo propio de la edad. Por ejemplo, en las escasas ocasiones en las que voy a verla SIEMPRE me vuelve a preguntar qué estoy estudiando; y tras ello tengo que explicarle las “salidas que tiene eso”, pues siempre es su siguiente cuestión.
La tía Brígida tiene bastante genio, y no es difícil verlo aflorar si no la sigues la corriente en algunas cosillas, como toquetear con el dedo sus tapetes, los cuales expone orgullosa. Es algo facha (pero poquito) y por ahí si que conviene no discutirle demasiado. Por mucho que se empeñe no es buena cocinera, aunque sus rosquillas siguen siendo las mejores que he probado nunca.
Inexplicablemente, pues tiene cataratas y sólo ve a medias por un ojo, nunca falla cuando me dice si estoy más delgao o más gordo. Si ponen fútbol en la tele se sabe el nombre de todos los jugadores y, al igual que yo, no es buena alargando una conversación por teléfono.
La tía Brígida me quiere mucho. Nunca se cansa de hablar de lo alto y guapo que estoy cuando queda con sus amigas para tomar café y jugar a la canasta con sus amigas. Ahí es donde le preguntan qué estoy estudiando... A veces me dice que en mí el vivo retrato de mi padre.
Hola. Existen algunas personas que ya sea por soledad, ganas de charlar o exceso de fantasía se inventan amigos imaginarios.
Es bastante común en la infancia, si bien a medida que vamos creciendo son los menos los que pueden contar con amigos imaginarios.
La suerte de imaginarse a alguien es que puedes crearle a tu antojo. Las niñas pequeñas, por ejemplo, tienden a buscarse una amiguita similar a ellas en edad y se valen de la voz de ésta para comunicar en nombre de su amiga cómo se sienten o lo que opinan ellas mismas.
En algunos casos los chicos adolescentes tienden a imaginar a una chica mayor que ellos, a menudo muy atractiva y pobre de voluntad. Creo que ya me seguís, los chicos confirmarán…
Pues bien, yo tengo a mi tía Brígida.
La tía Brígida es bastante mayor (en realidad no es mi tía, sino de mi padre) pero conserva una mente lozana que funciona como una máquina, si le perdonamos algún que otro despistillo propio de la edad. Por ejemplo, en las escasas ocasiones en las que voy a verla SIEMPRE me vuelve a preguntar qué estoy estudiando; y tras ello tengo que explicarle las “salidas que tiene eso”, pues siempre es su siguiente cuestión.
La tía Brígida tiene bastante genio, y no es difícil verlo aflorar si no la sigues la corriente en algunas cosillas, como toquetear con el dedo sus tapetes, los cuales expone orgullosa. Es algo facha (pero poquito) y por ahí si que conviene no discutirle demasiado. Por mucho que se empeñe no es buena cocinera, aunque sus rosquillas siguen siendo las mejores que he probado nunca.
Inexplicablemente, pues tiene cataratas y sólo ve a medias por un ojo, nunca falla cuando me dice si estoy más delgao o más gordo. Si ponen fútbol en la tele se sabe el nombre de todos los jugadores y, al igual que yo, no es buena alargando una conversación por teléfono.
La tía Brígida me quiere mucho. Nunca se cansa de hablar de lo alto y guapo que estoy cuando queda con sus amigas para tomar café y jugar a la canasta con sus amigas. Ahí es donde le preguntan qué estoy estudiando... A veces me dice que en mí el vivo retrato de mi padre.
8 comentarios:
hola, coincido contigo, todos hemos tenido o tenemos un amigo o amiga imaginario, en mi caso era cuando niño un dinosaurio alado, venía de vez en cuando y jugaba conmigo...
Bueno, me ha encantado tu blog, te espero por el mio, addio.-
saludos desde Chile.-
Yo, por ejemplo tengo a mi Yeye, jeje...
Saludos alakazaam... ;)
hombre Yeye es toda una casualidad. Justo hoy me he estao acordando de tí. Sobre en qué cosas andarías y tal. A ver si me pone vd. un mail y me cuenta como va todo!!
a mí me da que me estás lanzando un mensaje subliminal...
¿Acaso insinúas que Brenda es una frígida y que se convierte en tu tía Brígida?
A ver cuando nos vemos...
Este viernes tengo que ir a hacer de perrita-niñera a casa de mi tía...
tengo que regalarte uno de los tapetes de ganchillo que hacía mi abuela o decirle que haga uno especialmente para tí, que tiene una obsesión un poco insana.
mujer mejor los tapetes que las prostitutas vietnamitas y la cocaína sin cortar.
Un besete.
Uy, te invade la melancolía, eh?
Muy bonito.
Gracias, en realidad sólo me he hecho mechas, pero gracias por darte cuenta ; )
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