Tumbado en la cama y con la mirada fija en el techo, parece que pido al hijo de los vecinos, cuya cama queda justo encima, que haga llegar algo que consiga hacerme volver a sentir vivo otra vez, como si de una oración se tratase. Cualquier cosa antes que echarle cojones a la vida y hacer algo por mí mismo.
Le pido que me lo traiga, y que lo haga rápido.
15 de marzo de 2008
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10 comentarios:
Pues nada, aquí rezando, a estas horas...
vaya fantasia.
jajaja, muy buena, pero no va por ahí eh!
más en la línea de pedir a gritos un volantazo existencial
qué apostatamos, querido alberto? yo estoy aquí, vacaciones en el mar en mi pisito de la playa. No sabes lo bien que queda decirlo y lo cutre que es en realidad. Nos vemos en 8 días, todavía tenemos que celebrar mi cumpleaños
Como si celebramos el aniversario de la rebelión de un pueblo salvadoreño. El caso es ir a visitar a Julián.
Definitivamente, ese bar quebraría sin nosotros.
Toma el sol y cántale a los pulpos, nos vemos muy pronto
Yo que tu dejaría de rezar y saldría a pillarme un buen cesto, al menos el día siguiente te garantizas una resaca que te impida pensar en tu embotellamiento existencial... ya sé que suena patético pero a mi me funciona ;-)
Animos
Por fin alguien dice algo sensato.
A tu salud!
ten cuidado con lo que deseas, no vaya a ser que se cumpla...
muchas gracias por tu post, no has pensado en convertirte en una choni? otra cosa, que coño le pasa a tu vecino de arriba? no lo he pillado :p... voto por lo que dice bambú, sal y pillate una cogorza. Besines mil.
Si es que me explico como el trasero. El hijo de la vecina no tié culpa de ná, que bastante tiene con ser medio tonto...
Si yo al que le hablo es al techo, el otro pilla justo arriba, namás.
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